Hubo espíritus que, al encarnar, se destacaron por su Misericordia y sobresalieron por el Gran Servicio que brindaron a la Humanidad.
Al desencarnar, su “propio brillo espiritual” los elevó a un plano superior de Luz. Son los llamados Maestros Ascendidos.
Un ser espiritual para destacar es la figura de Kether que, según la cábala, es el primer Sephirah, la más elevada de las emanaciones divinas.
Kether tuvo su última encarnación én Aní, el 4ºplaneta de la estrella 47 Ursae Majoris, a 35 años luz de nuestro sistema solar. Allí fue nombrado El Anciano de las Rotaciones. En la Tierra se conoce a Kether como El Anciano de los Días.
Los habitantes de Aní tienen un promedio de vida de 120 rotaciones planetarias (240 años terrestres). En ese mundo denominan Anciano al que posee un cargo honorífico y no a una persona de avanzada edad. Se puede ser Anciano a las 30 rotaciones si la Asamblea lo aprueba.
Según antiguos escritos, se dice que Kether reencarnó por primera vez en Venus, donde conoció a Sanat Kumara, quien después llegó a ser discípulo suyo.
Esos escritos dicen que Kether estaba nominado para ser el Logos del planeta Venus¸ pero pidió servir a sus nativos en el plano físico y cedió ese privilegio a su aventajado alumno.
Así, Sanat Kumara fue el Logos de Venus.
Millones de años después, cuando el planeta Venus estaba cambiando su atmósfera, Kether y Sanat Kumara encarnaron en un planeta de Próxima Centuri y viajando en una nave interestelar a nuestro sistema solar, trataron de ir nuevamente al Lucero del Alba, pero ya no había vida en dicho mundo.
Se cuenta que se trasladaron en una nave a nuestro planeta y, mientras Kether buscaba la manera de educar a las tribus salvajes del lugar, Sanat Kumara agrupó a unos seres bastante más evolucionados que habitaban en las montañas y fundó la civilización de Lemuria.
Pasaron miles de años más y encarnaron en La Atlántida, donde Kether intervino en la política de la isla más de una vez para unificar criterios.
Siglos después, Kether encarna por primera vez en Aní y al poco tiempo es nombrado Anciano. Gobierna el planeta y logra la paz del mismo, después de muchas rotaciones de guerras continuas.
Al pasar al plano espiritual, Kether es el nuevo Logos planetario de Aní, mientras que en nuestro mundo, el Logos es Sanat Kumara.
Siguen transcurriendo los siglos y en Aní se produce un cisma religioso. Sangrientas rebeliones tiñen de sangre la tierra de ese mundo. Las altas entidades de Luz deciden que debe encarnar alguien de extrema sabiduría para enfrentar esos problemas y que también sea imparcial en los juicios, para no cometer abusos de autoridad.
Kether volvió a encarnar en Aní nuevamente y es un caso aislado el hecho de que un Logos Planetario vuelva al plano físico.
El riesgo es grande, pues al no tener memoria de reencarnaciones anteriores, no hay una total garantía de éxito en la misión encomendada.
Kether logra encaminar la unión en Aní, logrando evitar que esa grieta espiritual entre los habitantes de ese mundo se agigantara.
Su intervención impidió que se dividieran en forma definitiva los distintos grupos religiosos de Aní y siguió esforzándose en pos de una armonía planetaria, que consiguió casi sobre el final de su ciclo de vida.
La virtud de Kether es la Armonía.
Escrito por Jorge Olguín.
Al desencarnar, su “propio brillo espiritual” los elevó a un plano superior de Luz. Son los llamados Maestros Ascendidos.
Un ser espiritual para destacar es la figura de Kether que, según la cábala, es el primer Sephirah, la más elevada de las emanaciones divinas.
Kether tuvo su última encarnación én Aní, el 4ºplaneta de la estrella 47 Ursae Majoris, a 35 años luz de nuestro sistema solar. Allí fue nombrado El Anciano de las Rotaciones. En la Tierra se conoce a Kether como El Anciano de los Días.
Los habitantes de Aní tienen un promedio de vida de 120 rotaciones planetarias (240 años terrestres). En ese mundo denominan Anciano al que posee un cargo honorífico y no a una persona de avanzada edad. Se puede ser Anciano a las 30 rotaciones si la Asamblea lo aprueba.
Según antiguos escritos, se dice que Kether reencarnó por primera vez en Venus, donde conoció a Sanat Kumara, quien después llegó a ser discípulo suyo.
Esos escritos dicen que Kether estaba nominado para ser el Logos del planeta Venus¸ pero pidió servir a sus nativos en el plano físico y cedió ese privilegio a su aventajado alumno.
Así, Sanat Kumara fue el Logos de Venus.
Millones de años después, cuando el planeta Venus estaba cambiando su atmósfera, Kether y Sanat Kumara encarnaron en un planeta de Próxima Centuri y viajando en una nave interestelar a nuestro sistema solar, trataron de ir nuevamente al Lucero del Alba, pero ya no había vida en dicho mundo.
Se cuenta que se trasladaron en una nave a nuestro planeta y, mientras Kether buscaba la manera de educar a las tribus salvajes del lugar, Sanat Kumara agrupó a unos seres bastante más evolucionados que habitaban en las montañas y fundó la civilización de Lemuria.
Pasaron miles de años más y encarnaron en La Atlántida, donde Kether intervino en la política de la isla más de una vez para unificar criterios.
Siglos después, Kether encarna por primera vez en Aní y al poco tiempo es nombrado Anciano. Gobierna el planeta y logra la paz del mismo, después de muchas rotaciones de guerras continuas.
Al pasar al plano espiritual, Kether es el nuevo Logos planetario de Aní, mientras que en nuestro mundo, el Logos es Sanat Kumara.
Siguen transcurriendo los siglos y en Aní se produce un cisma religioso. Sangrientas rebeliones tiñen de sangre la tierra de ese mundo. Las altas entidades de Luz deciden que debe encarnar alguien de extrema sabiduría para enfrentar esos problemas y que también sea imparcial en los juicios, para no cometer abusos de autoridad.
Kether volvió a encarnar en Aní nuevamente y es un caso aislado el hecho de que un Logos Planetario vuelva al plano físico.
El riesgo es grande, pues al no tener memoria de reencarnaciones anteriores, no hay una total garantía de éxito en la misión encomendada.
Kether logra encaminar la unión en Aní, logrando evitar que esa grieta espiritual entre los habitantes de ese mundo se agigantara.
Su intervención impidió que se dividieran en forma definitiva los distintos grupos religiosos de Aní y siguió esforzándose en pos de una armonía planetaria, que consiguió casi sobre el final de su ciclo de vida.
La virtud de Kether es la Armonía.
Escrito por Jorge Olguín.
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