Cuando Uno entra en el silencio es un acto de Amor hacia Uno mismo ya que es dentro de su funcionamiento interno, dentro de nuestro corazón, que el verdadero Yo auténtico se encuentra.
Al practicar el silencio periódicamente, una conexión con lo Divino dentro de ti se establece y un mayor flujo de orientación y dirección corre hacia usted.
En silencio, entonces, lejos de las distracciones mundanas, se encuentran las verdades que sostienen, nutren y alimentan el Alma y el Espíritu de Uno.
Practicar el silencio hacia dentro abre diferentes percepciones y perspectivas que de otra manera nunca habrían salido a la luz.
Es en el silencio que Uno llega a conocerse a Sí Mismo con claridad y verdad, una vez que todo el ruido exterior de los pensamientos diarios y listas de tareas pendientes se callan.
En este espacio sagrado se encuentra el mayor significado y propósito de la vida de Uno, la comunión con mayores aspectos de Uno mismo que elevan, inspiran y dan poder a su ser.
Es en estos momentos de silencio interior que muchas grandes ideas y obras nacen y se desarrollan en la manifestación que luego se comparte con otros.
Cuando Uno se sienta en silencio, la energía que impregna el campo energético o aura se llena de partículas de Luz dorada, por lo que una conexión con lo divino dentro de ti se ha establecido y una sensación de felicidad puede llegar hasta ti.
En el silencio muchos tesoros se encuentran en su interior. En silencio, el flujo de la creatividad divina se lleva a cabo y comienza a florecer en manifestación.
En silencio, muchos pensamientos profundos y el poder y el recuerdo de la propia naturaleza Divina salen a la superficie de la conciencia y crean una mayor confianza en tu propia capacidad de llevarlo a cabo.
En las interacciones de Uno con los demás, es muchas veces un acto de Amor mantener el silencio cuando se hablan palabras que hieren o dañan a otro.
El silencio puede lograr la unidad y la sanación en las relaciones con los demás. El silencio le puede dar mayor claridad y conciencia en cualquier situación en la que no se siente cómodo.
El acto de silencio refuerza a Uno su conocimiento interno y su saber intuitivo. Hay una gran riqueza por explotar cuando Uno practica esta cualidad del amor.
El silencio interior es un tiempo para nutrir y darse Amor a sí mismo, porque sólo cuando puede amarse a sí mismo es que puedes verdaderamente amar a otro.
En silencio, Uno se convierte en un observador del flujo de la vida a su alrededor y abre la puerta a diferentes dimensiones de la conciencia donde se revelan muchas maravillas y milagros.
Los portales de la imaginación se abren amplia y alegremente y hasta viajes a otros ámbitos puede tener lugar.
El silencio está lleno de posibilidades infinitas y conmovedoras cuando Uno atraviesa los rayos de Luz con los Ángeles.
El silencio trae una profunda apreciación de la belleza en todas sus formas maravillosas.
El silencio es un profundo regalo de Amor a Uno mismo que te llena de una sensación de paz, balance, equilibrio y sentido de su correcto lugar en el mundo.
Sobre las alas del silencio, Yo los dejo ahora para que reflexionen sobre mis palabras.
YO SOY el Arcángel Gabriel
© 2012 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana (Soo-tam-ah) Guardián de las Sinfonías de la Gracia.
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Traductor: Claudio Alvarez-Dunn
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