Infestación: Cuando una casa está tomada por espíritus

El hecho de que una casa esté tomada por espíritus se denomina “infestación”. Con esta palabra se designa también una forma muy concreta de posesión, sólo que en este caso los espíritus no intentan poseer a una persona determinada, sino que están presentes en toda la casa. En algunos casos se ha sabido que ciertos espíritus sí intentan poseer a alguna persona de la casa infestada, pero habitualmente se trata de espíritus que intentan dar un mensaje o que dejaron algo pendiente en su vida anterior, y que de alguna forma ‘protegen’ y ‘cuidan’ a los habitantes del lugar, como ya hemos venido explicando en anteriores artículos. Pero también sucede, en ciertas ocasiones, que esa presencia de espíritus no tiene nada de positivo, ya que lo que intentan, por razones que no es fácil explicar aquí, es desalojar de dicha vivienda o lugar a sus moradores vivos. La presencia de estas entidades llega a causar auténticas alteraciones físicas en la casa, tales como intensas humedades y presencia visible de hongos -como se aprecia en la imagen que ilustra estas líneas, tomada en una vivienda infestada-, y que no son explicables por razones lógicas (lluvia, mucho tiempo la casa cerrada, etc.)

Como ya hemos venido señalando, a las entidades negativas que intentan un control directo sobre lo poseído (persona o algo material) se las denomina bajos astrales. Pero también se dan casos de seres desencarnados que intentan la posesión de un cuerpo físico, porque por la razón que sea no han alcanzado todavía la Luz y necesitan seguir alimentándose de la energía presente en las cosas materiales. Tanto para sacar del interior de algo o de alguien a una entidad málefica que se ha apoderado momentáneamente de ese algo o alguien, como para limpiar de energías negativas y de malas influencias un lugar, una persona o un objeto, lo idóneo es realizar una ceremonia o un ritual de exorcismo.

Así pues, la limpieza espiritual de una casa, de un comercio, de un determinado lugar o de una persona, es un acto de exorcismo. En los casos concretos que aquí nos ocupan, las infestaciones, muchas veces hay espíritus que inundan o invaden un lugar tratando de molestar a sus habitantes por haber recibido un mandato; es decir, que otras personas -habitualmente gente con conocimientos de magia negra- los han enviado allí con el fin de hacer daño, posiblemente por encargo de terceras personas. Es lo que se llama un ‘trabajo’ . Cuando algo así sucede y dicho ‘trabajo’ resulta efectivo y empieza a ejercer sus malignos efectos, las cosas en esa vivienda y entre sus habitantes comienzan a andar mal. Se notan y/o detectan ‘cosas’ fuera de lo normal y comienzan a verse y sentirse determinados efectos negativos sin sentido en el entorno (dentro de la vivienda o en sus inmediaciones). Plantas que se secan, animales que cambian bruscamente de carácter, malos olores de origen desconocido, son algunos de esos síntomas que nos indican que algo no está bien y que la causa puede estar en la presencia de seres espirituales no gratos.

Ya hemos hablado también de la obsesión, que no es otra cosa que un primer intento de posesión. La obsesión significa que la persona que la sufre recibe constantemente un bombardeo invisible destinado a quebrar su estabilidad emocional y crítica, su razón comienza a declinar y su fortaleza anímica también. Puede que comience con sentir olores extraños y sus pensamientos sean aberrantes en ciertos momentos; todo ello sólo significa el intento de dominio por parte de una entidad negativa. Y si no es una persona en concreto la que se ve afectada, sí lo es la casa en sí misma. Por ejemplo, los objetos cambian de lugar, sin razón lógica y de manera misteriosa; de manera muy especial, aquellos objetos (por ejemplo llaves) que la persona usa regularmente o que les tiene cierta estima. Los bajos astrales, o las entidades negativas enviadas a cumplir un ‘trabajo’, cambian los objetos de lugar para hacer dudar a la persona de su memoria al principio y de su cordura después. Así, la seguridad se convierte en inseguridad y el carácter de la persona afectada o ‘victimizada’ cambia paulatinamente, hasta hacerse insoportable su estancia en determinado lugar.

Así se reconocen una infestación y/o una posesión

Los que a continuación describimos son síntomas muy generales, pero deben ser tenidos en cuenta:

Infestación

-Algunas plantas se marchitan y mueren sin explicación lógica (no a causa del frío, por ejemplo).

-Los animales se irritan o alteran de forma extraña y en algunos casos llegan a atacar a sus dueños.

-Algunos lugares de la casa se ven inundados por olores y hedores extraños y nauseabundos.

-Se producen corrientes de aire frío sin ningún motivo.

-La temperatura baja en algunos ambientes o en ciertas zonas de la vivienda.

-Se producen ruidos extraños, de día o de noche: cadenas, chirridos, tic tac de relojes, susurros, gritos…

-Tienen lugar movimientos de objetos, o éstos cambian de lugar, junto con otras anomalías.

-Se detectan manchas inexplicables en paredes o suelos, o suciedad y desorden en la vivienda sin que haya intervención directa o indirecta de sus habitantes en ello.

Posesión

-La persona afectada siente una profunda tristeza de alma.

-Pensamientos inhabituales que le empujen al suicidio, o a la lujuria, o a otros actos fuera de lo común.

-Pérdida de la fe en Dios.

-Sentimientos de soledad, de abandono ante la vida.

-Depresiones profundas.

-Estados de ausencia.

-Convencimiento de que algún brujo hace trabajos negros sobre la persona de una forma repetitiva y constante.

-Repentina repulsión hacia el cónyuge, sustituyendo actos en pareja por masturbaciones (placer unipersonal).

-Reiterados fracasos en todos los ámbitos cotidianos: trabajo, amistades, familiares, deportivos…

-Sensación de miedo, irritabilidad, angustias inexplicables, cambio drástico del timbre de voz…

Estos son algunos de los síntomas de una infestación o de una posesión. Pero no podemos decir que uno sólo de ellos sea concluyente, ya que en muchos casos puede tratarse de causas perfectamente explicables y que no tengan nada que ver con la acción de los espíritus negativos. Ante cualquier duda lo que sí recomendamos es la consulta con un parapsicólogo, vidente o experto en estas temáticas. No intente usted hacer cosas por sí mismo/a si no tiene conocimientos del tema, porque en vez de lograr restablecer la armonía en el hogar o en la persona, si actuara mal o precipitadamente la consecuencia más inmediata sería que se activarían todavía más o con más fuerza los fenómenos extraños y se agravaría el problema.

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